martes, 21 de abril de 2009

Cadenas y más cadenas

Por: Irving González

Cada vez es más común toparnos con e-mails que digan: “Si eres mi amigo me lo regresarás”, “es verdad, funciona” o “hazlo y te sorprenderás”, por poner sólo unos ejemplos de las decenas de mails que día con día llenan la bandeja de entrada de nuestros correos electrónicos.

Y es que, a parte de quitarnos espacio en nuestro lugarcito en Internet, muchas veces los archivos que están contaminados con virus cibernéticos, infectan nuestras computadoras y tenemos que vacunarlas, esperando no perder información valiosa.

Pero eso no es todo, cuando por “error”, abrimos un mail de este tipo, perdemos tiempo leyendo información que: “desde 1930 está circulando por el mundo entero, de romper la cadena tendrás 7 años de mala suerte” y muchos, aún los escépticos, reenvíamos el mail, por las dudas.

Confieso que al principio era divertido leer: “Si presionas F5, en la pantalla podrás ver el nombre de la persona que te ama”, créanme, nunca aparece, ¡y lo he intentado con varias computadoras! O, “Si lo envías a cinco personas, en diez minutos te pasará algo bueno, si lo envías a 10, el tiempo será de 5 minutos, si lo envías a 20, en un minuto”, ¡NUNCA PASA NADA!

Efectivamente, soy de esos incrédulos que: por curiosidad (naturaleza del hombre), por morbo (también naturaleza del hombre) o por simple costumbre (defecto del hombre) abrimos y leemos esos mails para que algo bueno pase en el día.

Y no me sobre entiendan, hay cadenas divertidas, las cuales te hacen pasar un buen rato de risa y hasta te da gusto reenviarlas; otras que te muestran todo, pero todo de las y los modelos o artistas del momento; o unas más que son para boletinar a delincuentes, esas si son de ayuda. Esas si dan ganas de enviarlas y que regresen a ti.

Pero las otras, las que negamos que abrimos y juramos que inmediatamente borramos, las que nos hacen perder el tiempo pero que leemos y reenvíamos, las que nos llenan las bandejas de entradas, pero que muchas veces son las que nos dicen que alguien se acuerda de nosotros (aunque sea en grupo), esas cadenas que a pesar de ser inútiles mantienen, muchas veces, con vida nuestro e-mail, esas son las que deberían desaparecer de la faz del mundo cibernauta.

¿En contra de las cadenas?, aún no lo sé. Pero lo que si sé es que: cuando reciba una cadena inútil, la borraré inmediatamente ¿La Razón? Sencilla, nunca me cumplieron.

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